martes, 27 de mayo de 2014
domingo, 11 de mayo de 2014
lunes, 5 de mayo de 2014
Pasado y Pasados
Al fin decidí visitar la exposición del vecino de Neira Caldas, David Manzur, es verdad que apreciar una serie de bocetos en un catálogo
no es nada comparable con la mirada directa que no se roba las texturas del
grafito, que moldea casi a la par con el pintor aquellos músculos sugeridos en
los equinos, que tantea junto a las manos del artista, del hombre, las caricias
de aquellos jóvenes que se desean, rostros
oscuros que promulgan algunos gritos en las monjas, (recordé de inmediato a
Emma Reyes cuando narra en sus cartas el trato indolente que le daban aquellas
damas de la “abstinencia y entrega a Dios”, la explotación que tenían con
aquellas niñas abandonadas y el cobro casi surrealista de cada uno de los
pecados por ser hijas naturales, pobres, abandonadas, entre otros, fueron miles
de padres nuestros y avemarías que las monjas apuntaban en cuadernos para reducir
los pecados de las niñas, los mismos que en vez de disminuir aumentaban, es
decir la deuda con Dios era impagable, lo que si no era impagable eran los
trajes para curas, los manteles para las damas de la alta sociedad que se
beneficiaban de tal explotación). La obra se llama Estudio Para la Transverberación de Teresa, aquella monja que logra
ese encuentro místico e íntimo con Dios y es travesada por el fuego, a lo mejor
cientos de niñas explotadas por las monjas pudieron amar sin treguas esa única
figura masculina a la que idolatraban, cientos de Teresas traspasadas por el
fuego, olvidadas en las cenizas. Esa
puede ser una opción, la mística del artista con su obra, ese fuego que le
atraviesa el corazón, cuando los años ya van camino a la tumba; la otra puede
ser esa mirada conservadora de la fe católica y con ella esa comunión de la
perfección con Dios. (Muy simpático por cierto que las Teresas Transverberadas
estén al lado de la obra homo erótica).
Ese es el pasado, el que nos trae David Manzur desde
el 2012 y el 2013, ¿pero por qué nos meten la golosina a la boca y nos quitan
la posibilidad de saborearla?, dice el guía que estos bocetos son el estudio de
una obra que se expondrá en poco tiempo en una galería en Bogotá, que los
seguros eran tan altos que solo alcanzó para traer los bocetos. Es una pena, no
lamento apreciar los bocetos, hacen parte fundamental del proceso en la obra de
un artista, pero en suma no son la obra.
Ese desaire que se hace cotidianamente en las salas de
exposiciones con los artistas locales deja un vacío que deben tratar de
equilibrar quienes dirigen estos espacios, para esta exposición que son solo
los bocetos, amplían la muestra hasta dos meses, hacen un catálogo y generan un
despliegue de medios que obviamente generará un tráfico de público interesante,
¿pero por qué cuesta tanto hacerlo con
los artistas locales?, quienes exponen en las salas de Pereira deben conseguir
el dinero para hacer la obra, hacer la obra, armar un proyecto para que en las
salas les abran el espacio, llevar la obra, colgar la obra, ellos que no necesitan
hotel, ni pasajes aéreos ni otros detalles propios del montaje, deberían contar
al menos con un buen catálogo y con recursos para el montaje de su obra. No se trata
solo de “prestar” espacios, o de invitarlos a exponer, se trata de considerar
los montajes y las exposiciones desde diálogos más igualitarios.
Yorlady Ruiz
Mayo 5 del 2014
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