Amita
La
que fue crucificada, muerta y sepultada
regresó
de los infiernos,
bajo
a la ciudad,
fue
a plazas y
camino
en las calles.
La
que fumo tabacos y pregono extraños futuros,
la
que fue ultrajada, viuda y desgraciada.
la
que lavó ropas ajenas en ríos y caños,
la
que vió manchar las sábanas con la sangre de sus hijos,
Se
sienta ahora a la diestra y a la siniestra
de
todos nosotros,
muda,
casi
transparente,
regresa
al fuego fatuo de la noche moribunda
y
cierra los ojos para abrir los nuestros.
Yorlady Ruiz