miércoles, 3 de abril de 2013



Amita

La que fue crucificada, muerta y sepultada
regresó de los infiernos,
bajo a la ciudad,
fue a plazas y
camino en las calles.

La que fumo tabacos y pregono extraños futuros,
la que fue ultrajada, viuda y desgraciada.
la que lavó ropas ajenas en ríos y caños,
la que vió manchar las sábanas con la sangre de sus hijos,

Se sienta ahora a la diestra y a la siniestra
de todos nosotros,
muda,
casi transparente,
regresa al fuego fatuo de la noche moribunda
y cierra los ojos para abrir los nuestros.

Yorlady Ruiz