sábado, 6 de septiembre de 2008
jueves, 26 de junio de 2008
UN BLANCO MOVIL










Performance
Julio 27 de 2007
Pop bar
Julio 27 de 2007
Pop bar
“Si cada hora viene con su muerte, si el tiempo es una cueva de ladrones, los aires ya no son los buenos aires, la vida es nada más que un blanco móvil”
Mario Benedetti.
Esta invitación a la oscuridad era para pensar en la vida, en ese hilo de luz que necesitamos, en esa frontera dolorosa que es la muerte. Cada participante de la oscuridad escuchaba mi lamento, y se llevaba un globo, por que cada uno es un blanco movil en esta ciudad de furias, en este país de furias desatadas.
Mario Benedetti.
Esta invitación a la oscuridad era para pensar en la vida, en ese hilo de luz que necesitamos, en esa frontera dolorosa que es la muerte. Cada participante de la oscuridad escuchaba mi lamento, y se llevaba un globo, por que cada uno es un blanco movil en esta ciudad de furias, en este país de furias desatadas.
HASTA LA TAPA




HASTA LA TAPA
Performance/ Talleres la Cuadra
Octubre 2007
El trabajo cotidiano de las mujeres, que brillan, limpian y sacuden. En esta acción la secuencia de brillar se repite como se hace el “oficio”, el “destino de cada día”, un llamado a brillar por si mismas y no a través de los objetos de la casa.
Performance/ Talleres la Cuadra
Octubre 2007
El trabajo cotidiano de las mujeres, que brillan, limpian y sacuden. En esta acción la secuencia de brillar se repite como se hace el “oficio”, el “destino de cada día”, un llamado a brillar por si mismas y no a través de los objetos de la casa.
El Tocador de Yorik





Performance
Duración aproximada: 1 a 2 horas
Este performance, surge desde dos personajes literarios que frente al espejo se construyen, la Princesa Ateh del pueblo Jázaro y Yorick el bufón de Hamlet. De ella dice la leyenda que se fabricaba un rostro cada día frente al espejo: “Me he aprendido de memoria la vida de mi madre, y como si fuera un papel teatral, cada mañana, durante una hora, represento la vida de mi madre delante de los espejos” y Yorick, un bufón de corte que da paso a la famosa frase, “ser o no ser” cuando Hamlet halla su calavera en el cementerio.
Los dos, hombre y mujer, frente al espejo, quien los soporta y ve como se transforman, como cambian e intercambian con el espectador parte de los frutos de esas nuevas creaciones faciales. Es el espejo el soporte de esta construcción de rostros que ya no usan una tela o lienzo para su representación y es la música esa voz que valida una comunicación entre dos seres aparentemente distanciados. El espejo, un espacio en donde se emprende la búsqueda de la identidad, donde nos buscamos mil rostros defensores e invasores, un espacio que media entre nosotros, en él ratificamos nuestro ser, y en él solo existe una ilusión de la realidad.
Juntos ante el espejo, unidos por los colores rojo y negro, en donde lo femenino esta representado por el rojo, relacionado con la vida, con lo sexual, puesto en telas, frutas y maquillajes y lo negro enmarca el signo misterioso de lo masculino, generamos un espacio-tiempo donde el erotismo se comunica a través de la música. Frente al espejo, en esa dimensión donde no existimos nos reinventamos y compartimos un ritual de renacimiento.
Cuando vi la propuesta de La Vitrina, tuve la impresión del tocador allí, pues la vitrina, es una caja que contiene espacios imaginarios y reales, propia de los masivos consumos y de la belleza que se exhibe y se comercia. El performance establece un diálogo en doble vía, propone unos elementos, un lenguaje que muestra y seduce, que a lo mejor antoja un determinado tiempo, como en una vitrina donde se expone lo efímero.
PAVIC. Minorad. Diccionario Jázaro. Ed. Anagrama. Barcelona.1989
Este performance, surge desde dos personajes literarios que frente al espejo se construyen, la Princesa Ateh del pueblo Jázaro y Yorick el bufón de Hamlet. De ella dice la leyenda que se fabricaba un rostro cada día frente al espejo: “Me he aprendido de memoria la vida de mi madre, y como si fuera un papel teatral, cada mañana, durante una hora, represento la vida de mi madre delante de los espejos” y Yorick, un bufón de corte que da paso a la famosa frase, “ser o no ser” cuando Hamlet halla su calavera en el cementerio.
Los dos, hombre y mujer, frente al espejo, quien los soporta y ve como se transforman, como cambian e intercambian con el espectador parte de los frutos de esas nuevas creaciones faciales. Es el espejo el soporte de esta construcción de rostros que ya no usan una tela o lienzo para su representación y es la música esa voz que valida una comunicación entre dos seres aparentemente distanciados. El espejo, un espacio en donde se emprende la búsqueda de la identidad, donde nos buscamos mil rostros defensores e invasores, un espacio que media entre nosotros, en él ratificamos nuestro ser, y en él solo existe una ilusión de la realidad.
Juntos ante el espejo, unidos por los colores rojo y negro, en donde lo femenino esta representado por el rojo, relacionado con la vida, con lo sexual, puesto en telas, frutas y maquillajes y lo negro enmarca el signo misterioso de lo masculino, generamos un espacio-tiempo donde el erotismo se comunica a través de la música. Frente al espejo, en esa dimensión donde no existimos nos reinventamos y compartimos un ritual de renacimiento.
Cuando vi la propuesta de La Vitrina, tuve la impresión del tocador allí, pues la vitrina, es una caja que contiene espacios imaginarios y reales, propia de los masivos consumos y de la belleza que se exhibe y se comercia. El performance establece un diálogo en doble vía, propone unos elementos, un lenguaje que muestra y seduce, que a lo mejor antoja un determinado tiempo, como en una vitrina donde se expone lo efímero.
PAVIC. Minorad. Diccionario Jázaro. Ed. Anagrama. Barcelona.1989
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